La única esperanza: Vuelta a la ciudad lacustre
En el número 1793 de la revista Proceso, el maestro José Emilio Pacheco, premio Cervantes 2010, nos habla "de la violencia ciega que amenaza con destruirlo todo (y) nadie incluye la desolación y la desesperanza que engendra vivir, sobrevivir, en un lugar donde toda fealdad tiene su asiento", se refiere con tristeza a la Ciudad de México. Sin embargo, señala que hay una posibilidad de resarcir la destrucción: volver a la ciudad de los lagos.
Nos dice que "cinco siglos de lucha contra el agua han dado su fruto amargo... Nadie puede creer que en el horror actual hubo lagos y ríos. Hoy los cuadros de José María Velasco (ver arriba) y los otros pintores del paisaje se dirían productos de la imaginación".
Pacheco señala que "parece literatura fantástica leer que la capital tuvo un puerto, San Lázaro (foto 2, ver liga***); que el presidente Juárez se halló en peligro de ahogarse al zozobrar el vapor que lo conducía a Texcoco; o que hay una carta de Pedro Henríquez Ureña en que narra a su joven amigo Alfonso Reyes su travesía en lancha del Zócalo a Xochimilco".
José Emilio Pacheco da cuenta del viejo proyecto, el Proyecto Texcoco que diseñó el ingeniero Nabor Carrillo Flores, rector de la UNAM (1953-1961), y hermano de Antonio Carrillo Flores (Secretario de Hacienda entre 1952 y 1958). Fue el arquitecto Teodoro González de León, miembro de El Colegio Nacional y creador de El Colegio de México, la Universidad Pedagógica Nacional y el Fondo de Cultura Económica, entre muchas otras obras, quien formuló a partir del proyecto de Nabor Carrillo, la propuesta para resolver los tres problemas capitales de la ciudad: "evitar las inundaciones, satisfacer el abastecimiento de aguas sin recurrir a otras cuencas y frenar el hundimiento de la ciudad".
Para nuestra desgracia -dice Pacheco- el proyecto Texcoco fue sustituido por una obra totalmente opuesta a la cual se aplicaron todos los recursos: "el Drenaje Profundo que deja escapar 90 por ciento del agua penosamente subida a un valle a 2 mil metros de altura".
Para Pacheco "hoy más que nunca es necesario revivir el gran plan de los lagos. La mancha urbana invadió el vaso de Chalco, una y otra vez anegado por las aguas negras, pero quedan huecos suficientes para la reinvención de la ciudad lacustre". Como sabemos, muchas veces la política va en contra de las propuestas de nuestros científicos y artistas. ¿Podríamos convivir con lagos pequeños, limpios, que reciclaran el agua de las lluvias y aquella que desperdiciamos brutalmente? ¿Podríamos vivificar la salud de la ciudad en cuanto a agua y aire?
En nuestra próxima entrada daremos la palabra a una vieja propuesta del arquitecto Jorge Legorreta, exjefe de la delegación Cuauhtémoc quien propuso recuperar el río Ameca y el canal de la Viga.
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Imagen 1: Camino a Chalco con los volcanes, José Ma. Velasco, 1891: en RedEscolar. A la izquierda el lago de Texcoco y al centro a la derecha el lago de Chalco.
Imagen 2: Una reconstrucción sobre un mapa de Google del canal de Roldán, la acequia, y el Puerto de San Lázaro.
*** Ver liga: Los Bandidos de Río Frío de Manuel Payno:
1 comentarios:
Completamente de acuerdo, ejerzamos presión para volver a la ciudad lacustre y al cuidado del medio ambiente en lo que era una de las ciudades más bonitas y peculiares del mundo.
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